
Entré a ella con la idea equivocada, pero descubrí una joya. El concepto es interesante, pero podría haberse quedado en una excusa más para una sucesión de clichés cualquiera: una chica atrapada en la locura romántica de un magnate de la tecnología… que llega al punto de introducirse en su cerebro.
Tiene más que ver con la vida moderna que con la ciencia ficción (aunque la use) y su estética es un combo perfecto entre el sucio white trash desértico y el cristalino resplandor de la supertecnología. Futurismo romántico en clave de dedo corazón. Comedia anti-romántica en 8 capítulos de media hora, la duración perfecta para una dramedy.
Los guiones son interesantes y el argumento evoluciona a un ritmo satisfactorio, ocho capítulos en los que les da tiempo a explorar cada fase de la historia… sin detenerse demasiado en territorio confortable. Sin embargo son los actores los que elevan la serie hasta convertirla en algo especial. Cristin Milioti, la pobre sobre todo famosa por su papel en Como Conocí a Vuestra Madre, recibe el papel protagonista y central de la serie y demuestra que su rango como actriz va mucho más allá de su papel culebronesco en una sitcom. Carismática, divertida, emotiva, vende su personaje cargado de faltas pero injustamente castigado a la perfección. Y hacía falta, porque toda la serie pivota sobre su personaje.
Le acompañan otros actores con trayectorias en parte similares. Ray Romano se hizo de oro como protagonista de una de esas sitcoms que marcaron a una generación o dos (Everybody Loves Raymond), sin embargo, desde que aquella terminó en el 2005, con todo el dinero del mundo en el bolsillo, se ha dedicado a hacer papelones en dramas y comedias, destacando mi querida e injustamente cancelada, Men of a Certain Age y la cruzo-los-dedos-por-que-siga Get Shorty. En Made For Love, clava el papel de un padre tan alejado de cualquier cliché que refresca toda escena en la que aparezca. Podríamos definirle como el pervertido del pueblo de corazón de oro, siempre dispuesto a dar a su hija por perdida.

Por último, está Billy Magnussen, un actor que no hace más que sorprenderme y que tiene el don de ser un guaperas que sabes que está roto por dentro. Su papel en Made For Love: marido controlador sin saberlo, gurú distante que vive en fantasías creadas a su medida, enamorado sin saber lo que eso significa… un monstruo-niño adorable y graciosísimo. El combo de Billy con Caleb Foote (colosal en The Kids Are Alright) sirven de desternillante absurdo escapista al humor negro con cucharadas de drama que gobierna el resto de la serie.
Una serie para los que creen en el amor verdadero, pero tienen miedo de encontrarlo.
